"Tan necios como para tropezar con nuestra propia sombra" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -Gedoxis-

lunes, 5 de marzo de 2012

Indeleble...

Hans Zimmer - Time


Hoy llegan a mis oídos todo tipo de melodías.
Tristes, alegres, melancólicas, apáticas, dulces, amargas, débiles, poderosas, desnudas, hermosas.

Guardan todo tipo de recuerdos y connotaciones. Sugieren todo tipo de acciones, todo tipo de revueltas, todo tipo de respuestas y soluciones.

Pero no acabo de encontrar ninguna que defina mis sentimientos, mi apatía, mi alejado sentimiento del mundo y de aquello que me rodea.
Esa extraña sensación de sentirte como un tempano de frió hielo que nunca se derrite, que se mantiene rigido y congelado, inalterable e indeformable ante todo tipo de dolor o felicidad.

No se como explicarlo. Es la máxima neutralidad del pensamiento, del sentimiento y de la percepción de la realidad.

Es vivir como si hubieras muerto, teniendo la sensación de que todo se repite pero incesablemente te dan la oportunidad de volver a empezar. Una célula convectiva de desolación y monotonía.

Sentirse como una alma en pena que vaga por el mundo a modo de espectador, como un fantasma sin presencia, sin alma, sin vergüenza ajena ni propia, sin miramientos.

Es como si fuera yo quien redactara la triste historia que me rodea, como si tuviera que recoger todos y cada uno de los pedacitos que conforman el espacio y el tiempo que se desarrolla a mi alrededor.

Nubes de sucesos surcan mi vida sin producir la más mínima mella en mi.
Es como si, por asi decirlo, fuera independiente a mi propia historia, como si no llevara mis propios mandos, mi rumbo o mi control...

Muerte, ya sea esta dulce o amarga, trágica o apoteósica, elegante o vulgar, indiferente o dolorosa, plácida o agonizante...
¿Será lo que tanto necesito?

Si.
Es lo que necesito.

Necesito el final.
Necesito la parca.
Necesito al diablo, al maligno, a Mefistófeles, a Hades, a Lucifer.
Necesito la muerte.

Su mejilla huesuda, sus manos blanquecinas, la fragancia de la sangre que empaña su toga más oscura que la mismisima oscuridad.
Pero sobretodo lo que más necesito es su guadaña, su filo capaz descuartizarme sin el más mínimo ápice de piedad...

Cierto es que la necesito, pero yo no quiero morir. No tengo intención de desaparecer.
Necesito la muerte, pero no para mi, sino para todos vosotros.

Todos aquellos despreciables insectos que me entorpecen y que menguan mis ganas de vivir, todos esos malditos bastardos que osan entrometerse en mis asuntos, en mi vida, en mi historia, creyendo que tienen el privilegio de formar parte de ella.

No me estoy excediendo.
No sobran las palabras.
Aquello que realmente sobra son cuerpos sin alma en este misero mundo, títeres sin cerebro que nos joden la vida, seres viles y repugnantes que infestan con su ignorancia la cultura que nos rodea. La paz y el sosiego que han sido pisoteados sin miramientos, el orden y la justicia que han sido corrompidos por la sed de poder y riqueza de los viles cerdos con traje y corbata.

Estoy harto. Harto de explotar en silencio.

Sumido en mi propio mundo el cual se encuentra sumido en el caos.
El caos que se filtra lenta pero implacablemente en mi refugio privado.
Privado de la paz de la que disponía en mi mas tierna infancia.
Una infancia de la que ya no todos los niños pueden disfrutar a causa del mundo.
Un mundo distante, diferente y distinto del que todos hayamos podido dulcemente soñar alguna vez en nuestra vida.

Una vida.
Un triste e insignificante vida.
Tan frágil que puede acallarse súbitamente en cualquier instante, para así, mientras todo se nubla, sumirse en el eterno silencio.

[#376] Este mundo esta podrido, y la gente podría estar mejor muerta...

Delirios...

John Stump - Death Waltz


Que estallen las arterias.
Que exploten los cráneos.
Que lloren los niños.
Que mueran los soldados.

Muerte, fuego, destrucción.
Llanto, agonía y desolación.

Que no quede nadie sonriente, rozagante o apasionado.
Que bajo la fúnebre lluvia roja solo sonría mi tez.
Mi retorcida sonrisa.
Mi mente enferma.
Mi alma perturbada.
Mi corrupto corazón.

Muerte, fuego, destrucción.
Llanto, agonía y desolación.

No más colores en la tierra.
No más melodías en sus oídos.
No más sonrisas en sus labios.
No más alegrías en sus vidas.

Muerte, fuego, destrucción.
Llanto, agonía y desolación.

Solo el sol incidiendo en el desolado mundo.
En el mundo desolado que nunca será salvado.
Que nunca será abrazado.
Que nunca será querido ni amado.

Muerte, fuego, destrucción.
Llanto, agonía y desolación.

Muerte en el aire.
Muerte sobre la tierra.
Muerte a donde quiera que valla.
Que valla la muerte donde quiera.
Y allí a donde quiera que valla que valla porque así ella lo quiera.
Porque quiera yo o no lo quiera, la muerte les quiere y les abrazará aunque no quieran.

Muerte, fuego, destrucción.
Llanto, agonía y desolación.

Delirios de grandeza.
Delirios de desazón.
Delirios en el alma, en la mente y el corazón.

Muerte, fuego, destrucción.
Llanto, agonía y desolación.

[#376] Lidio con los lirios de mi lindo delirio.