"Tan necios como para tropezar con nuestra propia sombra" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -Gedoxis-

jueves, 30 de septiembre de 2010

Disfraces...



Envuelto en mi locura me aparto del resto para poder respirar sin prejuicios ni malos pensamientos, simplemente me aparto he intento no interrumpir los dolores de cabeza que acarrean las complejas vidas de los demás.

Solamente me distancio, por voluntad propia, dejando una extraña duda suspendida en el aire, una serie de preguntas a las que no todos sabemos dar respuesta, siendo incluso detalles de nuestra vida cotidiana en los cuales no depositamos la atención que realmente merecen.

La pregunta que todos tenemos es...

¿Cuales?
¿Que preguntas?
¿A que se refieren exactamente?

La siguiente pregunta es...
¿Realmente esto es real o solo intento generar atención mediante un concepto abstracto?
¿Intento generar intriga mediante el silencio?

La verdad es que ni yo si quiera lo se, no acabo de entender este funcionamiento en el cual solo se busca la forma de generar una intriga progresiva y finalmente, sin todavía haber entendido todos los ingredientes que conforman este pastel, se muestra la guinda que será depositada sobre esta estructura, y finalmente el pastel en su totalidad.

Sin haber explicado su sabor, sus componentes y todo cuanto conforma a su creación, solo se te muestra un resultado del cual no sabes nada, simple y llanamente sabes que esta ahí, como si intentarán ponerte miel en los labios para imaginar una cosa irreal.

Ni yo siquiera acabo de comprender el por que de este asunto, es más, parece que este haciendo exactamente lo que explico, hablar como si desde un principio tuviéramos que comprender de lo que estoy hablando, hacer que te sientas idiota ante tantas explicaciones sin comprensión.

Pues, perdón por hacerlo, pero exactamente la respuesta a esa pregunta cotidiana es este mismo hecho. Hablar de este modo...

Pero ¿Por que...?

¿Por que la intriga?
¿Que necesidad hay de mantener en vilo a aquellos que se preocupan de nosotros?
¿De que sirve hacerse el interesante cuando sabes que las contestaciones serán falsas? ¿Sirven de algo esos elogios?

Solo recibimos halagos banales con carencia de sentimiento que solo buscan una falsa amistad. Un día a día en el que todos estamos envueltos, o mas bien en donde estamos metidos hasta el fondo, un lodazal en el que no nos damos cuenta que nos encontramos.

Pero sigues incansablemente, callendo sin remedio en este circulo vivioso en el que hablamos de lo que no importa, de la cotidianidad de nuestras tristes vidas.

La conclusión es simple, en mi opinión:
No entiendo a aquellos que critican el mentir mientras los muy despreciables se preocupan en actuar.

Se pasan el dia siendo quienes no son para despues acabar perdidos entre sus propios papeles, sin recordar que actuación ejecutar ante cada uno. Tergiversando la ya absurda realidad...

[#376] Critican la careta dejando puesto el disfraz...

lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Sorprendido...?

7º Parte (Inédita) - ¿Me echabas de menos...?


The end title



!Ay! Mi cabeza, no hace mas que dar vueltas...
!Maldita sea! ¿Que ha pasado?

¿Que hora es? ¿Donde estoy? ?Acaso he estado todo este tiempo...?

-Si -Dice una voz familiar cercana- Has estado dormido todo este tiempo. Ya ha pasado casi un año desde la ultima vez ¿Acaso me echabas de menos?

-Cállate maldito demonio –respondo con severidad- No podías dejar que todo siguiera su curso natural ¿Verdad? Tenias que volver de nuevo a poner todo patas arriba...

-Cálmate hombre. Tampoco se ha muerto nadie, aunque no hubiera estado mal, ya me entiendes... Jejeje

-!Claro que te entiendo! -Grito enfurecido cortando su risa- Si por ti fuera ya hubieras segado docena y media. Como si no supiera yo en que mundo vives. Por mucho tiempo que pase sigues siendo el mismo, igual de rastrero y mentiros que siempre.

-Quéjate cuanto quieras, pero ten en cuenta que no eres quien para reprocharme nada señor "verdad por delante" -Me dice con tono burlón- ¿Acaso no recuerdas todas las veces que me has necesitado o me has utilizado para divertirte?
¿A caso no recuerdas quien soy "yo" realmente?
¿Es que has olvidado mi verdadero nombre...?

-Sabes que jamas olvidaría el nombre de alguien tan asqueroso como tu -Respondo tajantemente- Esta conversación a terminado, deja de molestarme y esfúmate. Me gustaría dedicar el poco tiempo que me quede a pensar en paz...

-Esta bien mi ilustre amo. No voy a seguir incordiándole por más tiempo -Susurra entre dientes- Espero que la velada sea de su agrado.

-!Eso intentaré! -Añado pata terminar en un silencio sepulcral

Me levanto lentamente mientras miro por el rabillo del ojo, buscando una presencia a mis espaldas que parece haber desaparecido.
Siento de nuevo que me inunda la tranquilidad, que ya soy una estrella mas en el firmamento, que voy flotando hacia el espacio siendo mecido por el viento y la paz nocturna de la luna.

-Bueno -Me digo para mis adentros- !Terminemos lo que nunca se llegó a empezar!

Me acerco despreocupadamente al borde y me siento. Dejo mi pies descalzos colgando y me tumbo a saborear una bocanada de aire frió y fresco para renovar mis cansados pulmones.

Sin humo y sin mentiras, disfrutando de la vista y de todo cuanto se encuentra por debajo de mi, un mar de luces que baña la costa de mis pensamientos mientras en el horizonte se distingue un gran faro que ahuyenta la oscuridad.

Con los ojos fijos en la lejanía empiezo a silbar una vieja canción, melancolía sonora que me devuelve mi infancia mientras me hurta la razón, atada con alambres a un recuerdo, dejando así de estar cuerdo y dando rienda suelta al corazón...

Empiezo a recordar sus cara con claridad y dibujo alegres sonrisas en cada una de ellas. Caras largas y miradas vacías cobran vida cuando pienso en todo cuanto podría ocurrir, todo cuanto realmente esta al alcance de nuestra mano y que ignoramos como atrapar, todo cuanto alzó el vuelo vuelve a posarse a nuestro lado, todos esos días ante la estación sin saber que dirección elegir, que camino tomar...

-Cuantas cosas han pasado, y que poco he aprendido. El inútil de siempre pero que ahora sabe cuatro tonterías más...

-Ay señor -Suspiro cansadamente- Señor de la verdad por delante, como no.
Quien so yo para juzgar nada...

-¿Quien...?
-¿Quien soy yo...?

Me encierro entre mis manos mientras consternado me invaden viejas preguntas sin responder. Me encorvo como un animal herido que pide ayuda con la mirada mientras es maltratado por el dolor.

-Ahora avanzo unos centímetros y se acabo- Pienso tristemente- No habría servido de nada llegar hasta aquí, tantos sacrificios hubieran sido en balde.
Que solución más horrible, nunca la entenderé...

-Pero que más dará, si total no somos nada ¿No? Nada mas que despojos, despojos del pasado y de la antigua felicidad, eso es lo que somos...

-Querrás decir lo que son ¿Verdad? -Dice "el" a mis espaldas- Nada mas que despojos, escoria y herrumbre sin otro fin que alimentarnos.

!Callate! -Grito enfurecido- !Yo no quería decir eso!

-Pero lo estabas pensando -Me contesta emargamente- y lo sabes, sabes hasta que punto son de utilidad y donde tienen su limite. Comprendes el como y el cuando, el donde y el porque, la razón de su insistencia. Lo sabes.

-Puedo saber lo que quiera, pero deja de tergiversar mis palabras -Contesto apretando los dientes- No te he llamado en ningún momento, así que !Largo!

-Di cuanto quieras, pero sabes perfectamente que aquí la víctima soy yo, nada mas que una herramienta que utilizas a tu antojo y a la que atribuyes tus maldades !Cobarde!

Muevo mis labios con la intención de hablar pero no alcanzo a articular palabra alguna, el silencio se apodera de mi, y mientras busco alguna respuesta coherente su tez empieza a iluminarse con una retorcida sonrisa...

[#376] Mi mente se sumerge continuadamente en el sueño...
¿Que es real? ¿Y que no? ¿Quien soy yo...?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Preludio...



Solo y apartado, del exterior y de sus banalidades, del entretenimiento y el tiempo, de las otras vidas que siguen avanzando, a diferencia de la mía que hoy se sienta a oscuras para recorrer un viejo camino olvidado.

Defendido solo por la luz de una vieja y triste lamparita de noche sujeto mi viejo libro en donde paso paginas tristemente, imbuido de melancolía, de recuerdos y juramentos, de mentiras y falsos sueños...

Respiro profundamente y deslizo mi mirada sobre el índice para así encontrar el capítulo hasta el que todavía no se si quiero retroceder.

Tengo miedo... miedo de mi mismo...de volver a traicionarme y encontrarme de nuevo ante las puertas cerradas...

Soy tan mentiroso que no vacilo al engañar al propio espejo. Me cubro los ojos con ambas manos mientras en mi cara solo queda una deslumbrante sonrisa, una luz blanca que solo ilumina la esperanza, una facción que oculta la reacción de mis ojos ante la tristeza.

Pero tarde o temprano mis manos cansadas y fatigadas de mentir al espejo tenían que terminar cediendo, como unas cortinas que son apartadas para dar paso a la función, muestran mi tez y unos ojos desconocidos para vuestra vieja realidad y cotidianos para lo mas profundo de mi ser...

El libro me sigue esperando, y el pasado es innegable por mucho que yo desfallezca. Aquí estoy yo, de frente ante la puerta de la verdad, siendo atrapado y engullido por unos lazos negros que me obligan a adentrarme en mi triste pasado.

Un eterno vació se propaga en el horizonte y a mis espaldas la luz de la entrada se pierde al alcance de mi vista, y de pronto, todo se vuelve negro...

Sin siquiera haberme parado a respirar empieza el caótico movimiento, en donde no se si caigo hacia el abismo o subo hacia la superficie de un mar infinito, donde ninguna sensación más que la presión y el caos aplastan mis tímpanos y me arrebatan los sentidos.

Lentamente voy recobrando la cordura y extiendo mis brazos ante las corrientes de la oscuridad, deteniendo así este absurdo descenso ascendente, quedando suspendido en el espacio como cualquier otro astro incandescente.

Reina el silencio... No se oye nada... No se ve nada... No se siente absolutamente nada, parece el edén de la muerte...

Pero, en un instante, sin siquiera mediar palabra, aparece ante mi un ente blanco en el cual solo se distingue una maquiavélica sonrisa, un ser desconocido pero a la vez familiar, una sombra blanca en un mundo en donde la única luz es la eterna oscuridad.

De pronto, aparece detrás mio, posando lo que seria una mano blanca sobre mi hombro.
No siento ningún tipo de tacto ni de calor, mis sentidos no son consientes de la presencia de su mano, pero la voz de mi interior me dice que me esta tocando, y de pronto esa misma voz brota de sus labios susurrándome lenta y dulcemente al oído...

"Bienvenido estúpido insensato...
Permiteme que te muestre La Verdad"

En ese mismo instante mi insignificante vida y las de otras millones de personas pasan frenéticamente ante mi ojos como una película, almacenando información en mi mente y sintiendo como es martilleada sin cesar.

Empieza de nuevo la eterna caida mientras, entre dolor y sufrimiento, distingo en la distancia las penetrantes y retorcidas carcajadas. Una risa malvada de despreciable regocijo que se mezcla en mi mente con todas las vidas que me atraviesan sin cesar, un mar de satisfacciones retorcidas y de felicidades truncadas, los miles de resultados tras una vida de esfuerzo y dedicación, el insignificante trofeo tras aferrarse a la esperanza...

Empiezo a gritar pidiendo a ruegos que esta agonia inutil termine de una vez por todas, implorando el desenlace de estas historias sin final feliz.

Pronto termino exhausto y siento como me desvanezco...

Me incorporo dolorosamente e intento abrir los ojos, hago un pequeño esfuerzo para así darme cuenta de que recobro el sentido.
Estoy sentado en mi habitación, protegido por la acogedora luz de mi vieja lamparita, con el libro ante mis manos y frente a las ultimas lineas del capitulo.

Sin siquiera pararme a meditar en lo ocurrido vuelvo a la lectura y saboreo el ultimo párrafo, la frase final que me demuestra que no hay marcha atrás, que por mucho que lo desee jamás ocurrirá, haciéndome por fin entender que nunca mas tendré que...

Pero de pronto, cortándome el hilo y el aliento, observo un leve y fugaz resplandor procedente de la ventana, y asomando entre las cortinas una pequeña mano blanca muestra una foto de mi infancia. Describe de nuevo su terrorífica sonrisa sobre su cara y antes de marchar susurra entre dientes...

"Este es el precio del pasaje..."

[#376] Aquello que sobrevive es lo que nunca estuvo vivo