"Tan necios como para tropezar con nuestra propia sombra" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -Gedoxis-

jueves, 29 de julio de 2010

Desvio...


Del mismo modo que dejo caer las palabras dejo aquí la sustancia que las empuja, que las ayuda a emerger y tener una forma clara y coherente. Aquí esta aquello que entretiene a mis oídos mientras mis dedos me ignoran...
Si os place leer envueltos entre la música dejad que os entregue la misma que yo he utilizado para escribir...

<<.The 13th Anthology.>>


Tras la huida corrían tan rápidamente como era posible en la oscuridad y la maraña del bosque, siguiendo el curso del río, hacia el oeste y las pendientes de las montañas, internándose más y más entre las sombras verdes y oscuras de las ramas que se cernían sobre ellos.

Mucho tiempo pasó hasta que dejaron de confundir su propio aliento con el del enemigo. Atemorizados todavía por aquellos agrios recuerdos de ese pasado cercano, mantuvieron un paso rápido y triste, uniforme y acelerado, avivado por el temor de revivir sus experiencias.

Con las mentes cerradas y avanzando en silencio a través de la oscuridad del bosque y de la noche franquearon incontables arroyos e infinitas ramas que se abalanzaban sobre ellos como las garras de una bestia cuando se aferran a su presa.

Para cuando el cansancio y la consciencia se apoderaron de ellos, las primeras luces del alba amanecían entre las cortinas de musgo que colgaban de los arboles. Los pequeños haces de luz se filtraban a través del roció vistiendo de plata la hierba de la colina, invitándoles a tumbarse y disfrutar de un fresco letargo sobre las suaves briznas y la cálida bienvenida de la mañana.

Exhaustos y libres de la sensación de intranquilidad decidieron dejarse vencer por el sueño y dejar caer sus párpados para tomar un merecido descanso. Derrotados por el cansancio finalmente se durmieron escuchando el dulce sonido de algún arroyo cercano.

Entre ambos compartieron un sueño en donde debatir vagamente que harían al despertar. Estaban demasiado cansados como para sostener un mismo hilo cada uno sobre sus fatigadas mentes, era mucho mas fácil compartir un espacio común en donde dejar caer los pocos conocimientos y deducciones de que disponían.

Un sol siniestro se erguió sobre el cielo dando paso al mediodía entre unas macabras nubes bañadas en el rojo sangre de la batalla.
Tumbados sobre la vegetación durmieron plácidamente hasta la llegada de la tarde, arropados por la hojarrasca y un húmedo calor hervido con la mirada del sol.

Tras el silencioso letargo que compartieron con la maleza, se incorporaron lentamente entre bostezos y miradas furtivas a la luz que les cegaba los ojos. Sus cuerpos no tardaron en posar los pies sobre el suelo y en enderezar sus agarrotadas espaldas, pero sus mentes todavía seguían perdidas, y sus almas perturbadas.

Pasados unos minutos se acercaron al arroyo buscando un poco de agua fresca que llevarse a sus desérticas gargantas. Treparon a una gruesa raíz de árbol que bajaba retorciéndose a la corriente y se inclinaron recogiendo un poco de agua en las manos juntas. El agua era fría y clara y bebieron varias veces.

El agua los reanimó dándoles así ánimos y fuerzas para levantarse. Ahora, frescos y con las mentes despejadas, comentaron sus primeras preocupaciones.

¿Donde estaban? ¿De que víveres disponían? ¿Que harían ahora perdidos en la distancia?

Sin rumbo, sin comida, sin prendas abrigadas con las que pasar la noche y sin conocimientos suficientes del bosque se adentraron mas y mas en la oscuridad.

El sol que se mantenía oculto entre las nubes perdió de repente la vergüenza y asomó de nuevo, lanzando su amarilla mirada a través de alguna obertura en el cielo.

No muy lejos de donde se encontraban, los rayos del sol traspasaron la bóveda del bosque dejando a relucir un verde y silencioso claro en donde podían observar desde la lejanía como algo parecido a un viejo muro de piedra yacía sobre la hierba. Lejos, a través de un terreno que se volvía mas pedregoso a cada paso y ascendiendo en una pendiente uniforme.

La luz crecía a medida que avanzaban y pronto se encontraron ante una pared de piedra. No había allí ningún árbol y el sol caía de lleno sobre la superficie de diversos tonos grisáceos. Tras el muro descubrieron una especie de escalinata natural, de escalones desiguales y toscos, y arriba, a la altura de las copas de los arboles, se podía distinguir una especie de cornisa que invitaba a posarse sobre ella.

Pero de pronto el chasquido de alguna rama cercana truncó el deseo de subir a disfrutar de un poco de aire fresco. La necesidad de echar una mirada a las cercanías se perdió entre el mar de la inseguridad.

Asustados y confusos se ocultaron de nuevo en la oscuridad, huyendo de la luz, apartándose del claro, corriendo en dirección contraria el verdadero camino que les aguardaba, alterando así su destino, el de sus compañeros, el de todos, y por ultimo el de la vida y la esperanza...

Hasta el más mínimo gesto puede alterar el que será, hasta el más ínfimo detalle puede cambiar vuestro futuro.

Nosotros conocemos la historia real y tenemos constancia de su verdadero desarrollo y de su final feliz, pero, justamente por eso es una historia, por que no cambia, por que siempre es la misma, por que otro final seria "otro" final, no el real.

Pero vosotros no tendréis la misma suerte, vuestra historia se esta escribiendo ahora mismo.
En este mismo instante la pluma que redacta vuestra incierta historia puede deslizarse lenta y amargamente, describiendo con una bella y dulce caligrafía vuestro triste y tenebroso final...

[#376] Vuestra historia sigue sangrando tinta a cada paso que dais...

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